Doc Caribbean Memoria viva del monopatín
2024 - Colectivo Bruxista
Género: Biografía
ISBN: 978-84-127811-1-3
Idioma: Castellano
Páginas: 248
Precio: 23.90 € con IVA
Disponible en librerías a partir del 15 de Abril 2024
En el otoño de 1975, mientras un país despierta de una pesadilla, un joven se pasea por Nuevos Ministerios en un Seat 133 cargado de material de colores imposibles y plásticos ultradeslizantes como si cargara el cofre del otro lado del arco iris. Hace poco tiempo que el monopatín acaba de llegar a España, pero José Antonio, al que nadie todavía llama Doc Caribbean, ya lleva tiempo patinando y lo sabe todo sobre aquel extraño objeto llegado de California. No tardará en cambiar el utilitario por un pequeño espacio en la calle Columela que con el tiempo se convertirá en Caribbean Shop, la primera tienda dedicada al skate de nuestro país y una de las más longevas del mundo. Ya sea subido a una tabla o detrás de un mostrador, Doc asistirá al desarrollo de una subcultura fundamental y convertirá su tienda en un santuario para todo tipo de tribus urbanas de convivencia improbable, como raperos, pijos y bakalas.
En este ensayo, Hugo Clemente rastrea la trayectoria de Doc y Caribbean para construir una historia oral de la cultura del monopatín en nuestro país. El resultado es una genealogía subcultural patria, pero también un testimonio de la fuerza inextinguible de la pasión. Hoy, Doc sigue patinando. Porque como dijo Jay Adams: «No dejas de patinar cuando te haces viejo, ¿vale?; te haces viejo cuando dejas de patinar».
CARLOS GALÁN «El libro que tienes en tus manos indaga en la vida de Doc Caribbean, uno de los padres del monopatín en España y fundador de la primera tienda dedicada a los “deportes de deslizamiento” de nuestro país. En él encontrarás las peripecias de un hombre que hizo de su pasión su modo de vida, pero también la historia de lo que es mucho más que un deporte, de un movimiento que conectó regiones, países y continentes».
(P. 78) Veintitrés días después de la publicación del primer ejemplar de Thrasher, en España, un Guardia Civil toma al asalto el Congreso de los Diputados con un comando mucho más imberbe que su profundo bigote. Entra pegando tiros al aire, pistola en mano, tricornio de charol y bracito pegado al pecho como un T-Rex mientras pronuncia el coño más famoso de la historia de España sin sospechar que está siendo televisado en directo. José Antonio sólo se ha visto forzado a cerrar la tienda dos veces a lo largo de casi cincuenta años. Y una fue esa tarde del 23 de febrero de 1981: «A la gente le entró un miedo de la leche. Me llamó mi padre y me pidió que cerrara. No quedaba ni un comercio abierto y, de camino a casa, pasé al lado de todos los camiones militares y los tanques que había junto al Congreso. No había nadie por las calles, sólo se veían las lucecitas en las ventanas».
La noche del golpe, Doc se volvió a casa patinando.
(p.128) En el verano de 1973 su familia lo manda a estudiar inglés. Dos meses. A Estados Unidos. California. Universidad de Berkeley. Aunque ahora está más tranquilito, la década anterior el campus había sido testigo del surgimiento del Movimiento por la libertad de expresión en 1964 y había tenido entre su profesorado a Angela Davis, líder del movimiento Black Panther y considerada uno de los enemigos más peligrosos de América durante años. Las manifestaciones de resistencia activa del colectivo LGTBI en Stonewall en 1969 y la agonizante guerra de Vietnam que había empezado en 1955 y no acabaría hasta 1975 habían generado un clima de protesta, contestación y contracultura descomunal.
«Yo fui allí a hacer un cursillo de inglés y no aprendí nada. Lo chapurreo. Soy malísimo. Lo hablo peor que el alcalde de Vigo. Tengo la suerte de que voy a Berkeley, una universidad muy abierta. Era muy flipante para alguien que venía de la España que venía yo. Una universidad muy libre, con muy pocos prejuicios. Nada clásica. Al poco de llegar allí, veo el primer monopatín con ruedas que no hacían ruido. Bueno, hacían el ruido que reconocemos ahora del patín, es que los antiguos sonaban como una cafetera. Aquel monopatín giraba como yo no había visto girar nada igual. Me quedo embobado y sigo al tío hasta que para y le digo: “¡¿De dónde has sacado eso?!”. Acababa de encontrarme cara a cara con la revolución de las ruedas de uretano. Con el monopatín moderno. Mi padre me había dado dinero para mis gastos porque tenía pagados los cursos y el desayuno, pero la comida y la cena no las tenía pagadas. Entonces me gasto todo el dinero que traía en monopatines y me dedico a comer en los eventos que organizaba la universidad, que a veces hacían buffets por conferencias y cosas, y a ir a todas las barbacoas que organizan por la tarde. Me mantuve sin decirle a mi padre que me había gastado todo el dinero en skates».
(p. 33) Escuchar a Doc es una experiencia de realidad aumentada. Su ciencia es haber estado cuando empezaba todo. Es el timeline de la historia del monopatín en España. Hubo cosas antes y vendrán cosas después, pero él es la barra de platino iridiado.