A pesar de lo que diga el algoritmo, este libro viene con el ritmo cambiado y no es tanto para el verano, como para tener a mano a lo largo del año en la mesilla de noche o el revistero del baño. Al menos el verano que estamos terminando, el primero después del confinamiento, con pocas olas, campers y autocaravanas por todas partes y mucho campista convencido de que ha alquilado un bungalow en la manga, frito por hacerse la foto más pintona del Insta. Además, con la llegada del surf a las olimpiadas, la popularización de la actividad al aire libre y el cansino tirón comercial de la estética surfera, esta nueva ola ya no solo es imparable, también parece arrolladora.
Por suerte El surf y la meditación aborda todo lo contrario. La otra cara de la fiebre. La tradición y la cultura de lo que nos arrastra a la playa. La esencia. Lo que no es tendencia. Por eso es más un libro para las personas dispuestas a surfear el otoño y el invierno con más frio, menos gente y mejores olas. Algo así como un secret spot al que cuidar y preservar de los turistas.
Su título en inglés explica con más precisión lo qué vamos a encontrar en estas páginas: Mindfullnes & Surfing: Reflections for saltwater souls (Meditación y reflexiones surfistas para almas de agua salada). Un libro en el que entretenerse, para leer despacio, para saborear, al que volver a menudo, con calma, cuando ya no se oiga la canción del verano.
El texto está dividido en capítulos con títulos tan sugerentes como: Mentes azules, Surfear con los antiguos, Dejemos sonar la libertad, o Hijos de la marea, además de una serie de propuestas de ejercicios de meditación. Pero no al estilo de los cuadernillos de verano con soluciones, sino para que descubras cosas a lo largo del proceso. Propuestas sencillas y certeras de prácticas para recorrer tu camino en busca de una conciencia plena sin acercarse demasiado a la rancia y triunfadora-a-toda-costa ficción de espiritualidad a la que el concepto de mindfullnes nos tiene acostumbrad&s.
Aunque pueda parecer algo desordenado en términos lógicos, sigue un flujo de pensamiento abierto, espontáneo y dispuesto a detenerse y dejarse llevar, como en una sesión inolvidable. Tiene mucho de toma de conciencia medioambiental, mucho de presente, mucho de la verdad y la pureza que supone el contacto pleno con la naturaleza y con una de sus máximas expresiones de energía como es el océano. De esta manera y aunque habla de diferentes aspectos históricos y del desarrollo de la industria del surf, el texto tiene muy poco que ver con su deportivizacion.
Es un libro breve y ligero en el que se nota el profundo proceso de investigación que hay detrás. A través de definiciones y referencias a trabajos de diferentes disciplinas y a base de citas de neurólogos, surfistas, ensayistas, antropólogos, geógrafos o poetas —No es un spoiler, pero, ¿sabías que waikiki significa que escupe agua?— el alma del surf se contempla desde distintos prismas y el resultado es un caleidoscopio de imágenes, tradición, pensamientos y reflexiones sobre la esencia de eso que compartimos que es que no nos importe el sonido del despertador cuando madrugamos para acertar con el swell y el punto de marea.
La suspensión del tiempo que supone el surf y que es buscada por todas las técnicas de meditación es uno de los ejes centrales de este libro. La vida vivida con conciencia del presente, el exceso egológico frente a la crisis ecológica, el paisaje líquido, el triple camino, los litorales como personajes, la sabiduría que aporta la poderosa conexión cuerpo-mente en el agua, el instinto reflexivo, la sabiduría animal, la elegancia de los movimientos que requiere el surf y su carácter inefable —lo que no puede ser dicho, explicado o descrito con palabras, generalmente por tener cualidades excelsas o por ser muy sutil o difuso— es lo que vas encontrar cuando te asomes a este libro.
Nos encontramos en un momento en el que tener presentes todos esos conceptos puede sernos de gran utilidad para saber hacia dónde queremos llevar entre tod&s esto del surf, ahora que ya es practicado con regularidad por unos 30 millones de personas en todo el mundo (los datos, según el autor, son de 2016, imagínate hoy).
Es una lectura entretenida, reflexiva y transformadora que nos invita a sentirnos mitad peces, mitad aves y regresar a la esencia de una actividad en origen sagrada y ancestral, al impulso de enfrentarnos cuerpo a cuerpo a una fuerza pura de la naturaleza que como casi todo ha sido fagocitado y versioneado por el más, más, más, narrado con delicadeza y sencillez desde dentro del mar, sus olas, su cultura y su poder de trascendencia. Un libro exquisito que he disfrutado mucho releer para hacer esta reseña.
William Bleakley es surfista (fue campeón de Europa de Longboard en 1999, revalidando su título en 2001), escritor, director de documentales y comentarista de eventos internacionales de Longbard para la ISA y la WSL. Tras una amplia bibliografía y el éxito que supuso este libro, en 2020 publicó Mindful thoughts for Surfers: Tuning into de Tides (algo así como pensamientos conscientes para surfistas: sintonizando con las mareas), que espero podamos leer pronto en alguna edición traducida.
«Reconozco a un buen surfista en cuanto lo veo. Puedo leerlo en sus ojos, un sentido claro y profundo de conciencia plena. Antes y después de lanzarse a una ola, los surfistas deben reflexionar y filosofar; y son, en primer lugar y sobre todo, expertos fenomenólogos. Perciben cosas profundamente y de cerca, Ansían las experiencias sin la mediación de la teoría y, sin embargo, desarrollan un conocimiento intuitivo sobre la geografía de su actividad favoritas, como el modo en que se forman las olas o cómo cambian de forma las playas. A pesar de estar estereotipados como gente poco despierta y hedonista, los surfistas pueden ser pensadores.»
EL SURF Y LA MEDITACIÓN-William Bleakley.
Ed. Siruela. Colección Tiempo de mirar. 2016.
La editorial Siruela tiene un PDF disponible con las primeras 15 páginas de El surf y la meditación con las que hacerse una buena idea de lo que vas a encontrar allí no sólo en cuanto al contenido, también sobre su cuidada y preciosa edición ilustrada: