El Motorbeach

Salinas es ese lugar dónde todos los niños con piernas se pasean por la calle en Pennys.

Los Pennys son los hijos malcriados y australianos de los Sancheskis de colores y plástico inyectado, que no sobrevivieron a la invasión americana del patín a principios de los 90.

La izquierda de Salinas es lo más parecido a un cielo salado que no distingue a beatos de pecadores. Espera pacientemente a que desayunes después de vaciar botellas y llenar ceniceros durante toda la noche (tú, no la izquierda) y, cuando ya estás listo, el cielo salado despeja para que asciendas.

El Longhouse de Salinas es el campamento de verano al que deberíamos habernos enviado todos durante años para dejarnos de tonterías, y el lugar dónde los artistas del Motorbeach Fest. han sido alojados. A unos 30 metros, la Escuela de surf Las Dunas presta tablas y neoprenos a los artistas que lo piden.

Un artista en el Motorbeach es generalmente un músico o un dj, aunque a veces puede ser un escritor que pretende presentar una novela. Allí cualquier artista,  a cambio de subirse al escenario una hora y media, tiene alojamiento, comida, cerveza y chupitos hasta el último minuto del último día.

El Motorbeach dura un fin de semana completo.

Se llama Beach porque la vida es una perra y se llama Motor porque hay exhibiciones y concursos de surfcars, o rancheras con acabados de madera y Wolkswagens antiguas. También hay motos retocadas de todos los tamaños y formas ,con hierros acoplados para llevar tablas, almas condenadas y cargamentos ocultos.

El Motorberach es surf porque se celebra una prueba del campeonato de España de longboard, porque hay un open que incluye categoría de guajes  y una expression  session con corchopanes.

En el Motorbeach Fest hay más mujeres pinchando o tocando el bajo en bandas que en el resto de la galaxia. También hay concurso de fotografía y  el premio es un pedazo de longboard.

Los bocatas del Motorbeach están buenos.

Salinas es uno de los feudos del cachopo, y si no se ha batido el record Guinnes esta vez ha sido porque se ha pospuesto la prueba, pero se espera un juez acreditado y un cachopo descomunal en los próximos meses.

El Motorbeach Fest se parece a Las Vegas, pero colaborativa. Sí, sí, claro, lo que pasa en el Motorbeach se queda en el Motorbeach. Lo mismo podríamos decir de Soria, por ejemplo, ¿No? Pero aquí los asistentes comparten bebidas, karaoke o vídeos que suben desinteresadamente, como el que está un poco más arriba.

En el Karaoke del Motorbeach puedes cantar con una banda y puedes elegir un tema de Mötorhead, o del Columpio asesino, o de Parálisis Permanente, o de Led Zeppelin, o the Rage Against The Machine y así hasta 100 temas. Lo que buscan es que cantes mal y borracho, porque la excelencia, dicen, está en otras partes.

El Motorbeach produce en sus asistentes el mismo efecto devastador que tiene Eurodisney sobre un crío de 7 años y padres separados. Sólo que  en lugar de aguantar pellizcos en las mejillas de un tipo dentro de un disfraz de Mickey o Pluto, aquí se puede bailar como si fuera el último día con  Silvia Superstar, La Belle, The Class, Vinila von Bismark, Eme Dj, Bimba Bosé, The Panteras, Capitán Entresijos o Mosk Selector.

El Motorbeach es de esas pocas cosas que estamos esperando que vuelvan a ocurrir cuanto antes.

 

Guajes: Niños si lo dice un asturiano.

Corchopan: Tabla de aprendizaje para surf, con forma de evolutiva, superficie de boogie y quillas blandas. Para aprender va increíble, pero todo el mundo trata de deshacerse de ella cuanto antes, tal y como  sucede con los recordatorios de primera comunión.

Cachopo: Filetazo empanado con queso y jamon serrano, el grosor, número de filetes y aporte calórico varía de un bar a otro, pero siempre está de muerte.

6 comentarios sobre “El Motorbeach

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